El Maltrato a las Personas Mayores en Instituciones de Cuidado: Prácticas Normalizadas que Vulneran la Dignidad

Web Editor

August 24, 2025

a man in a blue scrub suit holding the hand of a woman in a white cast on her arm, Anne Rigney, cybe

Cada 28 de agosto se conmemora en México el Día Nacional de las Personas Mayores, una fecha que nos recuerda reconocer el valor de quienes han vivido largas trayectorias de vida. Sin embargo, también es una oportunidad incómoda pero necesaria para poner el foco en un tema que suele quedar relegado: el maltrato dentro de las instituciones que supuestamente deben cuidar a esta población.

Maltrato que no siempre se ve

Según la Organización Mundial de la Salud, el maltrato no es solo el golpe o la agresión directa; también lo es la omisión, la negligencia o el trato despectivo en contextos donde debería haber confianza y cuidado.

La doctora e investigadora Nancy Flores ha estado estudiando este fenómeno desde 2020 y señala que el maltrato emocional es el más frecuente y el más invisibilizado. Esta forma de violencia está estrechamente relacionada con el edadismo, que puede presentarse de tres formas: institucional, relacional y autoinfligido.

La profesora Victoria González, con experiencia directa en unidades de cuidados prolongados, reforzó esta idea al relatar situaciones cotidianas en las que se pierde el respeto a la intimidad. Ejemplos incluyen prender la luz sin avisar, quitar las sábanas para bañarlos sin cortesía y no notificar el fallecimiento de otros residentes, impidiendo que procesen el duelo.

Abusos que se justifican con “falta de personal”

Muchas prácticas nocivas se han normalizado bajo el argumento de la escasez de recursos humanos. Entre ellas, las sujeciones físicas (atar a una persona para evitar que se caiga) y la sujeción médica (administrar medicamentos para mantenerla dormida o sedada).

La investigadora Sara Torres Castro denunció el uso excesivo de medicamentos para mantener a los residentes dormidos. Familiares llegan a visitar y encuentran a sus seres queridos dormidos o sedados, lo cual no debe asumirse como normal, salvo en casos justificados médicamente.

El espacio que no es propio

Las condiciones físicas de las instituciones también juegan un papel en la reproducción del maltrato. Compartir habitación sin posibilidad de privacidad, restringir objetos personales bajo pretextos de orden o higiene, o ignorar las costumbres previas de las personas, les arrebata el sentido de pertenencia y la posibilidad de apropiarse del espacio.

¿Quién cuida al que cuida?

El personal de cuidado también enfrenta condiciones adversas. Falta de capacitación, agotamiento emocional y poca empatía forman un cóctel que termina por deshumanizar la atención. Incluso cuidadores bien intencionados pueden caer en conductas abusivas cuando el ambiente laboral es tóxico o la presión se vuelve insostenible.

Hacia una cultura del buen trato

Las especialistas coincidieron en que no basta con buenas intenciones o infraestructura. Hace falta una transformación profunda del modelo de atención, centrada en la persona y respetuosa de sus derechos humanos. Eso implica:

  • -Diseñar protocolos de buen trato desde el primer contacto.
  • -Fomentar la comunicación empática, sin infantilizar ni despersonalizar.
  • -Brindar acompañamiento psicológico al personal para prevenir el burnout.
  • -Formar al equipo en diversidad, género, demencia y cuidados complejos.
  • -Crear entornos que promuevan la autonomía, el placer y el respeto por la historia de vida de cada residente.
  • -Implementar de manera real la Convención Interamericana sobre los Derechos de las Personas Mayores, que México ratificó en 2022, pero sigue sin aterrizarse en muchos espacios.

Hambre en silencio

Uno de los hallazgos más crudos compartidos por las especialistas fue el de personas mayores que expresan sentir hambre dentro de las instituciones. Para “aguantar” entre comidas, compran galletas o comparten alimentos entre ellos. Esto no solo refleja una deficiencia nutricional, sino una inseguridad alimentaria institucionalizada, que coloca a las personas mayores en una situación constante de vulnerabilidad.

En este Día Nacional de las Personas Mayores, el llamado es a la cero tolerancia al maltrato. Que el cuidado sea un acto de respeto, y no una rutina mecánica. Que el envejecimiento se viva con dignidad, no con miedo.

  • ¿Qué es el maltrato a las personas mayores en instituciones de cuidado? El maltrato a las personas mayores en instituciones de cuidado incluye prácticas profundamente arraigadas que vulneran sistemáticamente la dignidad, los derechos y la salud emocional de las personas mayores que viven en estas instituciones.
  • ¿Cuáles son las formas más comunes de maltrato? Las formas más comunes de maltrato incluyen el maltrato emocional, el edadismo institucional, relacional y autoinfligido, así como sujeciones físicas y médicas, negligencia en detalles cotidianos y falta de respeto a la intimidad.
  • ¿Por qué es importante abordar este problema? Abordar el maltrato a las personas mayores en instituciones de cuidado es crucial para garantizar que estas personas reciban un trato digno y respetuoso, promoviendo su bienestar físico, psicológico y emocional.
  • ¿Qué se puede hacer para mejorar la situación? Se necesita una transformación profunda del modelo de atención, centrada en la persona y respetuosa de sus derechos humanos. Esto implica diseñar protocolos de buen trato, fomentar la comunicación empática, brindar acompañamiento psicológico al personal, formar al equipo en diversidad y cuidados complejos, y crear entornos que promuevan la autonomía, el placer y el respeto por la historia de vida de cada residente.